Autor: Susan Saunders.
Ilustrador: Ted Enik (Portada de Paul Granger).
Fecha de publicación: 1984 (Original 1983).
Número de páginas: 54.
Número de fines: 10 (Buenos: 1 - Regulares: 8 - Malos: 1).
Sinopsis: Estás en la laguna de Miller pescando con tu mejor amigo, Hal, cuando tu caña engancha un ser monstruoso.
Comentario personal: El monstruo de la laguna supone un salto cualitativo definitivo al menos en lo que a desarrollo de la acción se refiere. Mientras que en La casa encantada nada tenía demasiado sentido o en El circo nada tiene especial relevancia, por un lado, y en El genio de la botella o Tu robot particular sucedían cosas totalmente aleatorias y con poca relación, por el otro, en este libro -que supone el debut de la autora más prolífica (junto con Montgomery) de la colección- encontramos una historia, una serie de acontecimientos totalmente cohesionados y que dan la impresión de llevar hacia alguna parte.
El problema es que, en realidad, esto no es siempre así. Pese a que el comienzo del libro, con un primer párrafo de ambientación muy sencillo pero absolutamente brillante, y las páginas siguientes donde comienza la acción parecen prometer una pieza más redonda, El monstruo de la laguna fracasa estrepitosamente en los finales. El desarrollo de la historia nos lleva por derroteros infantiles de lo más habituales, con más de un guiño a E.T. y los tópicos normales del género niño-encuentra-monstruo, pero ni siquiera esto me parece una falla, considerando siempre el público al que van dirigidos los libros de Globo Azul. Lo frustrante es que la mayoría de ramificaciones acaban en fines abruptos totalmente abiertos que dan a entender que la historia podría continuar, pero deja al lector con las ganas. "No hay espacio para más", faltaba que añadieran al final de alguna página, porque en última instancia o los fines no son fines o la historia acaba exactamente donde empezó, con el monstruo en el agua y un "aquí no ha pasado nada".
A favor, hay que reconocer que la criatura acuática -apoyada en las acertadas y muy expresivas ilustraciones de Ted Enik- suscita simpatía incluso sin hablar y se establece una suerte de camaradería entre los tres personajes principales, teniendo en cuenta las limitaciones espaciales de un libro de apenas cincuenta páginas.
En definitiva, un libro que va de más a menos, trabajado en su desarrollo, con una historia lógica y con sentido pero que naufraga en el momento más importante, los finales.
El problema es que, en realidad, esto no es siempre así. Pese a que el comienzo del libro, con un primer párrafo de ambientación muy sencillo pero absolutamente brillante, y las páginas siguientes donde comienza la acción parecen prometer una pieza más redonda, El monstruo de la laguna fracasa estrepitosamente en los finales. El desarrollo de la historia nos lleva por derroteros infantiles de lo más habituales, con más de un guiño a E.T. y los tópicos normales del género niño-encuentra-monstruo, pero ni siquiera esto me parece una falla, considerando siempre el público al que van dirigidos los libros de Globo Azul. Lo frustrante es que la mayoría de ramificaciones acaban en fines abruptos totalmente abiertos que dan a entender que la historia podría continuar, pero deja al lector con las ganas. "No hay espacio para más", faltaba que añadieran al final de alguna página, porque en última instancia o los fines no son fines o la historia acaba exactamente donde empezó, con el monstruo en el agua y un "aquí no ha pasado nada".
A favor, hay que reconocer que la criatura acuática -apoyada en las acertadas y muy expresivas ilustraciones de Ted Enik- suscita simpatía incluso sin hablar y se establece una suerte de camaradería entre los tres personajes principales, teniendo en cuenta las limitaciones espaciales de un libro de apenas cincuenta páginas.
En definitiva, un libro que va de más a menos, trabajado en su desarrollo, con una historia lógica y con sentido pero que naufraga en el momento más importante, los finales.
Puntuación: 5.
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