Autor: Ann Hodgman.
Ilustrador: Judith Mitchell.
Fecha de publicación: 1987 (Original 1987).
Número de páginas: 115.
Número de fines: 23 (Buenos: 7 - Regulares: 11 - Malos: 5).
Sinopsis: Veraneando sola y aburrida en una casa de huéspedes, una noche oyes un llanto en la playa: se trata de una sirena adolescente.
Comentario personal: Cuando acabé de leer este libro tuve una sensación parecida a la que experimenté con Te conviertes en tiburón: me pareció un muy buen libro que podría haber sido excelente si no tuviera algunos fallos completamente evitables. De hecho, lamento que este sea el único librojuego que escribió Ann Hodgman porque creo que tenía muy buenas ideas y un estilo dinámico, y quizá con la práctica habría podido acabar haciendo algo muy grande. Tenemos que conformarnos con La sirena perdida, que no es poco.
Como siempre digo, la existencia de un objetivo es un punto a favor y en este libro lo hay: la joven sirena se ha separado de su grupo y tienes que ayudarla a encontrarlo. El problema es que hay demasiados fines en que esto no se cumple. No, no me refiero a que haya pocas posibilidades de éxito, sino a que muchas veces la historia no ha concluido pero nos encontramos con un final. Esto es así porque en varias ramificaciones la sirena es atrapada por los humanos y después de algunas elecciones podemos llegar a fines donde la ayudas a escapar. En cierto sentido se puede entender que tras ese pequeño éxito la autora diera por concluida esa rama de la historia, lo malo es que la vuelta al statu quo con que comienza el libro no nos aclara nada. Sí, la sirena estaba mal (perdida), pasa a estar peor (cautiva) y acaba un poco mejor (libre). Pero sigue perdida, la historia podría -debería- continuar, tal vez enlazar de nuevo con una página al principio de otra ramificación, pero Hodgman opta por lo fácil y cierra esa línea. Craso error, porque deja al lector con la sensación de querer continuar y de poder hacer mucho más por la sirena.
Al margen de eso no le veo mayores problemas al libro, salvo tal vez el personaje de la vieja señorita Climp, demasiado caricaturizado. Sin embargo ofrece muchas cosas interesantes, especialmente la actitud de Tana, la sirena. Creo que un lector joven podría verse muy sorprendido al encontrar que el personaje que da nombre al libro no es, al menos en un primer momento, precisamente amistoso. Al contrario, Tana es altiva y desagradecida, desprecia a los humanos y no muestra ningún interés en tratar con ninguno de ellos, ni siquiera con la joven protagonista, una niña de su edad o casi. En este sentido, la autora se distancia de esa imagen idílica de las sirenas como seres maravillosos (culpa de Disney, imagino) y se inclina por el mito, en donde las sirenas son criaturas caprichosas y taimadas que atraen a los navegantes para hacerlos naufragar. De hecho, un episodio así tiene lugar en el libro, para asombro de la protagonista y desaprobación de su nueva amiga.
Al margen de Tana, que se trata sin duda de uno de los grandes secundarios de la colección, el libro nos deja algún que otro personaje interesante, particularmente el desagradable señor Thrimble, ramificación que deja un final memorable por siniestro. Hay otro encuentro con una criatura submarina que me gusta menos porque se torna demasiado fantástico, pero está bien resuelto al ser tratado con el escepticismo adecuado. En general, el libro se centra mucho en la relación de la protagonista con Tana y en la evolución de esa amistad, pero van apareciendo otros personajes con menos peso que aportan fluidez.
Las ilustraciones corren a cargo de Judith Mitchell, en mi opinión otra de las grandes dibujantes de ETPA, especialmente cuando se trata de libros de fantasía. No defrauda.
En conclusión, un buen libro con una temática original y unos personajes bien trabajados que no llega a excelente por no haber sabido rematar muchos fines, y que deja con ganas de haber podido leer más cosas de una autora prometedora pero que siguió por otros derroteros.
Como siempre digo, la existencia de un objetivo es un punto a favor y en este libro lo hay: la joven sirena se ha separado de su grupo y tienes que ayudarla a encontrarlo. El problema es que hay demasiados fines en que esto no se cumple. No, no me refiero a que haya pocas posibilidades de éxito, sino a que muchas veces la historia no ha concluido pero nos encontramos con un final. Esto es así porque en varias ramificaciones la sirena es atrapada por los humanos y después de algunas elecciones podemos llegar a fines donde la ayudas a escapar. En cierto sentido se puede entender que tras ese pequeño éxito la autora diera por concluida esa rama de la historia, lo malo es que la vuelta al statu quo con que comienza el libro no nos aclara nada. Sí, la sirena estaba mal (perdida), pasa a estar peor (cautiva) y acaba un poco mejor (libre). Pero sigue perdida, la historia podría -debería- continuar, tal vez enlazar de nuevo con una página al principio de otra ramificación, pero Hodgman opta por lo fácil y cierra esa línea. Craso error, porque deja al lector con la sensación de querer continuar y de poder hacer mucho más por la sirena.
Al margen de eso no le veo mayores problemas al libro, salvo tal vez el personaje de la vieja señorita Climp, demasiado caricaturizado. Sin embargo ofrece muchas cosas interesantes, especialmente la actitud de Tana, la sirena. Creo que un lector joven podría verse muy sorprendido al encontrar que el personaje que da nombre al libro no es, al menos en un primer momento, precisamente amistoso. Al contrario, Tana es altiva y desagradecida, desprecia a los humanos y no muestra ningún interés en tratar con ninguno de ellos, ni siquiera con la joven protagonista, una niña de su edad o casi. En este sentido, la autora se distancia de esa imagen idílica de las sirenas como seres maravillosos (culpa de Disney, imagino) y se inclina por el mito, en donde las sirenas son criaturas caprichosas y taimadas que atraen a los navegantes para hacerlos naufragar. De hecho, un episodio así tiene lugar en el libro, para asombro de la protagonista y desaprobación de su nueva amiga.
Al margen de Tana, que se trata sin duda de uno de los grandes secundarios de la colección, el libro nos deja algún que otro personaje interesante, particularmente el desagradable señor Thrimble, ramificación que deja un final memorable por siniestro. Hay otro encuentro con una criatura submarina que me gusta menos porque se torna demasiado fantástico, pero está bien resuelto al ser tratado con el escepticismo adecuado. En general, el libro se centra mucho en la relación de la protagonista con Tana y en la evolución de esa amistad, pero van apareciendo otros personajes con menos peso que aportan fluidez.
Las ilustraciones corren a cargo de Judith Mitchell, en mi opinión otra de las grandes dibujantes de ETPA, especialmente cuando se trata de libros de fantasía. No defrauda.
En conclusión, un buen libro con una temática original y unos personajes bien trabajados que no llega a excelente por no haber sabido rematar muchos fines, y que deja con ganas de haber podido leer más cosas de una autora prometedora pero que siguió por otros derroteros.
Puntuación: 7'5.
Gran reseña, en la colección Argentina no llegaron a publicar éste, pero según lo que cuentas habrá que leerlo! Te quiero felicitar, este blog es genial y espero que puedas seguir llevando a cabo las reseñas, Gracias y Saludos!
ResponderEliminarEs un libro interesante y bien escrito , pero no de los mejores . . . mi nota es un 5,5 !
ResponderEliminarTodo aquel que fue disuadido por esa portada que parece dirigida a un público exclusivamente femenino se perdió uno de los mejores títulos de la colección.
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