Autor: Edward Packard.
Ilustrador: Paul Granger.
Fecha de publicación: 1986 (Original 1982).
Número de páginas: 53.
Número de fines: 10 (Buenos: 1 - Regulares: 6 - Malos: 3).
Sinopsis: Veraneando en casa de tus tíos, en la playa, te encuentras un monstruo.
Comentario personal: El poeta Zuhair comparó al destino con un camello ciego, en tanto en cuanto era capaz de atropellar a los hombres con ímpetu y sin demasiada justicia, o como diría Borges por boca de Averroes, nadie no sintió alguna vez que el destino es fuerte y es torpe, que es inocente y es también inhumano. Así, justo así, es Gorga, el protagonista involuntario de este libro que combina el infantilismo habitual de la colección con algún que otro toque, acaso también accidental, de sutil inteligencia.
Partiendo de dos topicazos (vacaciones en casa de unos parientes y el clásico niño-encuentra-monstruo), Gorga, el monstruo espacial demuestra ser un libro sin ninguna ambición más allá del entretenimiento juvenil. Y quizá ahí reside su mayor virtud pues, aunque es de una simpleza apabullante, podríamos considerar la personalidad de Gorga como precursora de otros seres de ficción muy similares. Por ejemplo, se me ocurre, el primer Boo de Dragon Ball (casualmente también gordo y rosado).
En este sentido, el libro se revela como más coherente y lógico que muchos otros de la colección pues, aunque cumple con los ineludibles clichés del niño protagonista que siente la necesidad de hacerse amigo de todo y de todos, el monstruo no llega a responder a ese afecto en ningún momento. De hecho, no se comunica más allá de ese gorjeo que le da nombre y su único interés parece ser comer madera. Nada hace indicar que permanezca con el protagonista por alguna otra razón que no sea proveerse de alimento, pero al mismo tiempo no va destruyendo ciudades o atacando a personas. Tanto es así que los tres fines negativos del libro llegan de forma totalmente fortuita propiciados por el exclusivo afán del monstruo espacial: comer.
Las ilustraciones de Paul Granger considero que son bastante mejorables, aunque supongo que no podía hacer al monstruo demasiado monstruoso, dado el lector objetivo de la colección. Con todo, algún dibujo a doble página hay que merece ser destacado.
En definitiva, un soplo de aire fresco gracias a la indomable personalidad de un Gorga que es en cierto modo pionero (este libro salió en EEUU en 1982, recordemos) en sus peculiaridades, aunque no tengo claro si hacer al autor partícipe de este éxito que más bien parece una agradable casualidad. En cualquier caso, no hay mucho más que rescatar.
Partiendo de dos topicazos (vacaciones en casa de unos parientes y el clásico niño-encuentra-monstruo), Gorga, el monstruo espacial demuestra ser un libro sin ninguna ambición más allá del entretenimiento juvenil. Y quizá ahí reside su mayor virtud pues, aunque es de una simpleza apabullante, podríamos considerar la personalidad de Gorga como precursora de otros seres de ficción muy similares. Por ejemplo, se me ocurre, el primer Boo de Dragon Ball (casualmente también gordo y rosado).
En este sentido, el libro se revela como más coherente y lógico que muchos otros de la colección pues, aunque cumple con los ineludibles clichés del niño protagonista que siente la necesidad de hacerse amigo de todo y de todos, el monstruo no llega a responder a ese afecto en ningún momento. De hecho, no se comunica más allá de ese gorjeo que le da nombre y su único interés parece ser comer madera. Nada hace indicar que permanezca con el protagonista por alguna otra razón que no sea proveerse de alimento, pero al mismo tiempo no va destruyendo ciudades o atacando a personas. Tanto es así que los tres fines negativos del libro llegan de forma totalmente fortuita propiciados por el exclusivo afán del monstruo espacial: comer.
Las ilustraciones de Paul Granger considero que son bastante mejorables, aunque supongo que no podía hacer al monstruo demasiado monstruoso, dado el lector objetivo de la colección. Con todo, algún dibujo a doble página hay que merece ser destacado.
En definitiva, un soplo de aire fresco gracias a la indomable personalidad de un Gorga que es en cierto modo pionero (este libro salió en EEUU en 1982, recordemos) en sus peculiaridades, aunque no tengo claro si hacer al autor partícipe de este éxito que más bien parece una agradable casualidad. En cualquier caso, no hay mucho más que rescatar.
Puntuación: 5.
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